Italia llora la partida de uno de sus hijos pródigos. Y el mundo de la lírica no logra salir del shock en el que lo sumió la inesperada partida del tenor. Salvatore Licitra había nacido en Berna (Suiza) hace 43 años, pero Italia era su tierra. Estaba ligado por lazos familiares con la ciudad de Ragusa, a donde se dirigía a recoger un premio el sábado. Pero nunca llegó. Cayó de su moto Vespa a causa de una isquemia cerebral que le hizo perder el conocimiento, según explicaron los médicos.
El joven tenor permaneció tres días en estado de coma y finalmente murió ayer en el hospital Garibaldi, de la ciudad de Catania. Licitra tenía previsto realizar una gira mundial que incluía presentaciones en Tokio y, en su primera escala, iba a recoger uno de los premios que más le habría emocionado, el reconocimiento de su tierra con el galardón "Ragusani nel Mondo".
Italia, su patria sentimental, lo conoció en 2.000. El maestro Riccardo Muti dirigía la orquesta desde el pódium de la Scala de Milán y sobre el escenario todo estaba preparado para una "Tosca" más. Pero había un tenor diferente, una voz que no habían escuchado nunca, y desde entonces Italia sintió un especial apego por Licitra, un cantante al que los críticos vieron como el heredero de Luciano Pavarotti, fallecido en 2007.
Licitra pudo consolidarse cuando el mismísimo Pavarotti le dio su oportunidad. De nuevo se representaba "Tosca", esta vez en el Metropolitan de Nueva York. Pero el maestro Pavarotti no pudo actuar por una indisposición, y a Licitra le llegó su momento.
El joven tenor le dio a la ópera de Puccini un toque humano, destapó las emociones de una pieza representada hasta el hartazgo y los neoyorquinos supieron ver en él un sustituto a la altura. Una vez terminada la función, el público de pie le dedicó a Licitra una ovación de varios minutos.
Italia está consternada por su muerte. Fue velado en el teatro Massimo Bellini, de Catania.